STILLER Y DOWNEY Jr., BEN Y ROBERT. Fue una de las ruedas de prensa más divertidas de largo del Festival. El director y su estrella se toman tan en serio esto del humor que hasta en las labores de promoción saben como resultar irresistiblemente divertidos. Estuvieron toreros, graciosetes y dicharacheros, desplegaron una notable química y, una vez más, la dosis de paciencia necesaria para aguantar alguna que otra pregunta estúpida sobre sus conocimientos de cine español después de que Robert Downey Jr. bromeara fingiendo no conocer a Banderas y Bardem (“Tendré que buscar en Google”) y abriera la veda. Entre chiste y chiste, toda una lección: para ser buen comediante uno ha de empezar por reírse sanamente de uno mismo. Y es que aunque aun no he visto Tropic Thunder, me han hablado lo suficiente de ella como para saber que Stiller, después de sacudir a modo el mundo de la moda con su irresistible Zoolander, ha optado en esta peli por mojarle la oreja a todo el gremio actoral, habitualmente tan pagado de si mismo. Bien por él y por los que, como el gran Robert Downey Jr., le secundan. Por cierto, los “desterrados” del Festival, ese “pueblo llano” que ve las películas un par de días después que los medios en los cines del Antiguo Berri, debieron frotarse los ojos en el pase de la última – y por cierto también divertidísima – peli de los Coen Quemar Antes de Leer, cuando Ben y Robert se presentaron por allí dispuestos a disfrutarla mezclados entre el público. Fue la comidilla del día siguiente. Que tipos más majos.
BARDEM. Estaba uno escamado con nuestro flamante Premio Nacional de Cinematografía. La polvareda que se había montado por aquellas declaraciones a un medio americano quejándose de parte del público español hacía pensar que a lo mejor el protagonista de Vicky Cristina Barcelona estaría a la defensiva. Pero no. Bien arropado por su gente – entre ellos un Banderas encantado con su Donostia entregadísimo tanto a su público como a su amigo – Bardem ofreció su cara más amable. Estuvo accesible, comedido, educado e inteligente. Sorteó con habilidad a sus detractores, defraudó las expectativas de los buscadores de carnaza y, según me cuentan, estuvo bien en su discurso de aceptación del premio. Y desapareció tan discretamente como llegó, dejando un buen sabor de boca y un palmo de narices a los mediocres que envidian su incuestionable talento y menosprecian su éxito tanto allí como aquí. No sé si en su ánimo estaba escenificar una especie de reconciliación tras aquella estúpida hoguera. Lo más probable es que le importara un pito. Pero esa fue la impresión que dejó.LAS MULTITUDES. Es divertido jugar con las expectativas en la entrada del Hotel Maria Cristina. La acreditación te da libre acceso por el Hotel salvo en determinados momentos y una de las formas de sacarle partido era asomar la jeta por la entrada y cuando notabas que miles de ojos empezaban a clavarse en ti para saber si eras un famoso, escabullirte antes de oír ese “Ohhh” decepcionado que haría estragos en tu ego. La verdad es que las horas y horas que pasaban esas chicas – había de todo, pero sobre todo adolescentes – esperando para fotografiar, conseguir un autógrafo o tocar a alguno de sus ídolos son dignas de toda admiración. Era otra forma de vivir el festival. Visto lo visto, me hubiera encantado toparme con el deseado Miguel Ángel Silvestre, el Duque, y que me hubiese dado un abrazo afectuoso delante de esas multitudes recordando su breve paso por Mérida cuando fue nuestro invitado con La Distancia, antes de convertirse en un fenómeno televisivo. Seguro que algo por mi maltrecha vida sentimental hubiera hecho.LOS FESSER. Estuve con los dos, Javier y Guillermo. Al primero le felicité por su valiente Camino y le deseé todo lo mejor para el Palmarés, convencido de que estaría en él de una forma un otra. Hay que joderse con el adivino, debió pensar. Al segundo lo vi en la fiesta de clausura en el palacio de Miramar y le pedí que le transmitiera a Javier mi pequeño cabreo con el Jurado. Pero la foto de familia no estuvo completa hasta que una mañana en el Victoria Eugenia me encontré una acreditación tirada en el suelo a mis pies. La cogí y miré a mi alrededor, unas cuantas butacas más allá en mi misma fila “Cándida, mujer, que se te ha caído la acreditación” Y Cándida Villar, la entrañable crítica de cine de Gomaespuma, todo un mito mediático, tras una de sus explicaciones surrealistas “Es que la llevo aquí enganchá en la bufanda, hijo, pero se conoce que el cierre no se cierra demasiado bien del tó” consintió en hacerse una foto con un servidor ofreciendo su mejor sonrisa.OQUENDO. Mítico restaurante de la ciudad, muy cerquita de las traseras del Hotel Maria Cristina donde, aparte de comer muy bien tanto a base de los sempiternos pintxos como con unas raciones esplendidas – especialmente recomendables los calamares – se vive bien de cerca la pasión desatada por el cine de los responsables del mismo, que tienen empapelada literalmente una de las paredes de su local con las fotos de los muchos famosos que visitan San Sebastián. Lo más curioso es que funcionan un poco como los museos: tienen una “exposición fija” donde uno puede reconocer los retratos de los nombres más ilustres que han pasado por Donosti en los últimos años y una especie de “actualización diaria” que consiste en poner día tras día las fotos más frescas recién sacadas de las ruedas de prensas o, con un poco de suerte, de alguno de los invitados que se deja caer por allí para inmortalizarse en la pared de oro freak de los locales de San Sebastián.UN ENCUENTRO AFORTUNADO. Una tarde cualquiera mato el tiempo paseando por los alrededores del cine Principe, esperando que comience mi siguiente pase. De repente, en una mesa cercana, dos rostros conocidos: Roser Aguilar y la maravillosa Marián Álvarez, directora y protagonista respectivamente de Lo Mejor de Mí, la estupenda película que clausuró la II Edición del Festival de Cine de Mérida y que se pasa en San Sebastián en la muestra de cine español. Abrazos, risas y recuerdos. Roser anda muy atareada con la enésima versión del guión del que será su próximo proyecto, del que por supuesto no suelta prenda. Marián Álvarez está a punto de embarcarse en un rodaje de tres meses en África formando parte de un nutrido reparto. Tiene buena pinta, una aventura. Me cuentan que Juan Sanz se ha casado con su pareja y actriz Nadia ¡en Las Vegas! No puedo reprimir una sonrisa: me lo estoy imaginando vestido de Elvis. Roser y yo le tomamos el pelo a Marián: no pudo acudir a Mérida por cuestiones de agenda y procuramos recordárselo constantemente. Al final, le doy la cámara a Roser para que nos saque unas cuantas fotos y completar el álbum. Ay, que gustito...
MERYL. Pero que grande que es esta mujer. Que manera de desplegar encanto, talento e inteligencia. Su rueda de prensa – de lejos, la más abarrotada de todo el Festival – fue una auténtica delicia. Una de las mejores actrices de todos los tiempos hizo un buen repaso a su carrera – esplendida su elaborada reflexión sobre su vocación de actriz y su deseo de colaborar en el entendimiento entre las personas -, recibió encantada las sinceras declaraciones de amor y devoción por parte de los periodistas y sobresaltó al personal con un genuino grito de euforia desatada como respuesta inicial a la pregunta de cual sería su reacción si Barack Obama se convierte en el próximo Presidente de los EE.UU. "El grito de alegría se oriría a este lado del Atlántico" Tras el aplauso general, la Streep fue contundente “Creo que si no gana Obama vendré a buscar un piso en San Sebastián” Pero lo mejor de todo fue su cercanía, su sencillez y la sensación de honestidad que desprendía cada una de sus frases: enamoró incluso cuando reprendió a alguien que le preguntó sobre la verdadera Meryl Streep que se oculta tras sus papeles y que cual de ellos la representaba mejor, afirmando claramente que siempre, siempre ponía algo de ella en todos y cada uno de sus personajes y que si alguien tenía a estas alturas la sensación de no conocer a la verdadera Meryl Streep, es que había fallado en su objetivo, pues solo la verdad convence. Grande.
SEPTIMO VICIO. Javier Tolentino, una de las personas que más ha ayudado desde fuera a nuestro pequeño Festival de Mérida, me hizo una vez más el inmenso honor de participar como invitado al programa del Septimo Vicio, ésta vez en el programa del sábado 27 que hacía las veces de resumen del Festival. Junto a Luis Martínez de El Mundo o Mateo Sancho Cardiel de la Agencia Efe (y un ex–La Butaca, como yo mismo: luego pusimos experiencias y recuerdos amargos en común) entre otros, hicimos repaso a lo visto en Donosti desde un camión de RNE, mirando a la playa de Zurriola mientras surferos y algún bañista aventurero tomaban por asalto las olas... Como siempre, me encantó la experiencia de compartir un ratito de radio en mi programa de cine favorito, disfrutar de la buena compañía, de las opiniones de los contertulios y, por un rato, de saber que hablaba a una comunidad de amantes del cine en vena de la que siempre formaré parte. Me encanta la radio, no olvido que gracias a ella, hace más de diez años, empezó todo esto en cierta forma. Fue otro momento estupendo.PAUL THOMAS ANDERSON. Por comparación al ciclón mediático de Meryl Streep, la presencia en Donosti el último día del director de Sydney, Boogie Nights, Magnolia, Punch Drunk Love y There Will Be Blood (Pozos de Ambición) para recoger el Gran Premio Fipresci de la crítica internacional a la Mejor Película del Año por ésta última pasó casi desapercibida. Y fue una lástima porque los que aprovechamos la mañana del sábado para estar en su rueda de prensa en el Kursal descubrimos a un autor de lo más abierto a discutir cualquier aspecto de sus películas con su exquisita educación y una desarmante sencillez como sus mejores armas. A veces daba la sensación de estar un poco sobrepasado, como si el hecho de que su película haya conseguido eso tan difícil de ganarse el beneplácito crítico y una buena aceptación del público – algo que no está ni mucho menos al alcance de cualquiera y que en realidad podría aplicarse a toda su filmografía – fuera algo por completo ajeno a él mismo. La conversación fue distendida y de aquellas a las que yo asistí, la que se adentró más a fondo en aspectos relacionados con el proceso de la creación artística, la elaboración de guiones y las distintas opciones a la hora de finalizar o empezar una historia, algo sobre lo que yo mismo le pregunté al respecto de Pozos de Ambición. Fue divertido: comentó que le hicieron la misma pregunta en Berlín y que allí afirmó categórico que siempre tuvo claro tanto ese inicio sin diálogos para retratar al personaje de Daniel Day Lewis como ese final que a tantos había descolocado... Cuando termino la rueda de prensa su productor le dijo “¿Ya se te han olvidado los tres meses que estuvimos discutiendo las diversas opciones para terminar la película?” Y es que cuando uno encuentra el final adecuado – y el de There Will Be Blood lo es – se olvida de todas las opciones que alguna vez existieron.DESEANDO AMAR. En no recuerdo ahora qué publicación hay una sección donde le preguntan al famoso de turno en qué película se quedaría a vivir. Yo siempre he tenido claro que me quedaría a vivir en cualquier película de Wong Kar Wai, especialmente su díptico Deseando Amar (In The Mood for Love) y 2046. Junto al Hotel Maria Cristina, la revista Marie Claire patrocinó una curiosa exposición de doce fotografías donde famosos actores y actrices españoles (Cayetana Guillén Cuervo, Eduardo Noriega, Pilar López de Ayala, Marta Etura, Goya Toledo, Elena Anaya...) juegan a recrear imágenes míticas de películas clásicas como Los Pájaros, Bonnie and Clyde, Blade Runner, Blow–Up, Belle de Jour trasmutándose en sus protagonistas a través de un cuidado trabajo de recreación de vestidos, peinados y fotografía. El resultado era original, curioso, a ratos inspirado (otros no: Goya Toledo como Debra Winger en Blade Runner quedó horripilante) pero sin duda brillante en un caso, Ariadna Gil y Alberto Jo Lee, el actor de Tapas, convirtiéndose en la desgraciada pareja de amantes formada por Maggie Cheung y Tony Leung en Deseando Amar (In The Mood For Love). No pude resistir la tentación y, tras varios experimentos, decidí hacer realidad mi fantasía y meterme en la película en la que me quedaría a vivir...Me quedan en el tintero muchas cosas, sobre todo los muchos buenos momentos compartidos con mi cuadrilla: José Manuel, el tío Joaquin, Toni Llena, Noemí, Toni Herrero.. A todos ellos, gracias de corazón por los recuerdos.